Vamos a ello que ya es lunes y llevo retrasillo....
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Cangrejeras de mis amores... |
El viernes 15 de junio decidí unirme a un paseito por los 27 Charcos. Me aconsejaron que viera la página web antes de ir para tener más información y así decidirme. Yo, entre el cansancio de los motoconchos y las guaguitas y el deseo de contarlo todo en el blog, caí rendida en la cama sin mirar nada de nada. Y por eso, a eso de las 9 de la mañana, me fui para los 27 Charcos. ¡Qué bonito!, pensé, debe ser este paseillo entre la naturaleza, los árboles frutales, las palmeras, los cocoteros, las cascadas... Va a ser un día de relax estupendo entre tanta frondosidad domincana. Y con estos pensamientos, entramos a un camino sin asfaltar que nos llevaba al río Damajagua, punto en el que empezaba nuestra excursión.
Y dicho y hecho. Llegamos a la entrada del Damajagua y todo lo que empiezo a ver son turistas y locales con un casco colgado del brazo y un chaleco salvavidas apretao al pecho. Y yo, que no sabía donde me había metido, empiezo a pensar que qué atuendo más extraño para pasear por el campo y ver unos charquitos. En la entrada nos dieron tres opciones
- "¿Quieren brincar los 7 charcos, los 12 o los 27?".
- Hombre, pues ya que estamos aquí iremos a ver los 27. ¿Hay mucha diferencia?
- Pues si no hace los 27 el guía les tiene que jalar pa´rriba con una cuerda y desde allí bajan...
- ¿Ein? ¿Qué me jalen pa´rriba con una cuerda para luego tirarme? ¿Pero que es esto?. ¿Y si hacemos los 27?
- Pues tienen que caminar un poco más, alrededor de una hora, pero es más fácil brincar.
- Pues vengan esos 27 charquitos. Aquí tienen los 500 pesos de la
entrada (10 euros, en minúscula que está achuchao el pobre)
Muy bonito el camino, sus insectos, los caballitos, los árboles... Todo muy bonito, bueno y barato. De repente, el caminillo como que toma pendiente. Vamos, Isa, que en peores has estado. Y ahí iba yo, haciendo la respiración que le digo a mi madre que haga para tomar energía. Inhala por la nariz, suelta por la boca y así la tienes callada y reservas energía. Y la pendiente como que no se termina, y que miro para arriba y como que hay más. Paro, agarro aire, le digo a Buko, el guía, que quite el turbo...
- Señora, es que hay un grupo muy grande alante nosotros. Tenemos que alcanzarles para que no nos estropeen los brincos
- ¿En serio? ¿Tenemos enemigos a las 12?. Pues vamos a por ellos que son pocos y cobardes
Aprieto el paso, empiezo a subir la lomaza, que no lomita, con la punta
de los pies. Uno, dos, uno, dos, inspiro, expiro, inspiro, expiro....
Como cada verano, se me viene a la cabeza que siempre digo que en las
siguientes vacaciones estaré en forma. Una vez más no ha sido así y
empiezo a rememorar los momentazos del Volcán Pacaya en Guatemala, la
Capadocia en Turquía, las dunas en Senegal y la cuevita de Viñales en
Cuba. No aprendo, no aprendo... y así, inmersa en mis pensamientos, dejamos al enemigo atrás. Hemos conseguido ganarles los diez
minutos con los que salieron de diferencia y algo más. ¡Misión
cumplida!. Que este Buko Turbo y los muchachotes no piensen que a esta
cuarentañera le pesa más el culete que el tesón.- Oye Buko Turbo, ¿y cuanto queda para llegar?
- Ya queda poco, otra subidita más y allí estamos.
- Ok, digo con lo que me queda de resuello. Y cierro la boca para no gastar más energía.
Y allí estaba, con la cara igualita a la de un pez globo pero con el color de la cresta de los gallos dominicanos. Una cresta roja y lustrosa que me ha llamado mucho la atención por estas tierras. Pues justo cuando creía que las mejillas ya no podían dar más de si.... llegamos.
- Pues aquí empiezan los brincos, dice Buko Turbo.
- Pues mira tú que bonito. Démosnos prisa que se escucha al enemigo
venir. ¿Y por donde seguimos si aquí solo hay rocas y un río?
- Brincando y caminando.
- Ahhhhhhhhhhhhhh... Y bajamos despacito por la primera pendiente. Un agua muy clarita, muy fresquita, que se agradece tras la caminata. Transparente, transaparente. "¡Qué bien estas cangrejeras que me he agenciaó. Voy a apretármelas un poquito más para que no se me escurran los pinreles". Caminamos un poquito más y llegamos a una cascada.
- Oiga usted, pero es que la cascada no se ve porque estamos encima.
- Claro, es que hay que brincarla para verla desde abajo: En eso consisten los 27 charcos
- Me lo repita usted. ¿Y a esto llaman ustedes charco? Me cagüen tó,
pero si esto es tres veces mi altura. Pero esta será la más difícil, ¿no?
Aquí os dejo algunas fotillos de nuestro grupo. La cámara también tuvo su aventura volando por los aires metida en una bolsa estanca. Las dos sobrevivimos y tuvimos un día estupendo que acabó en un restaurante degustando un riquísimo besugo a la parrilla con maduros que me supieron a gloria. No sé si fue o no una locura, cientos de personas lo han hecho antes que yo y lo seguirán haciendo después. Apuesto a que en estos momentos hay un turistilla brincando un charco dominicano. Yo sonrío y admito que esa adrenalina me encantó, que nunca hubiera imaginado que, pasando mis cuarenta años, me vería pegando brincos por las cascadas del río Damajagua, quitándome las ganas de algo que soñé cuando tenía 19.
Y casualidad o no, hoy me encontré esta frase en Internet. Creo, es perfecta para la aventura de los 27 Charcos. ¡Ah, si decidís venir no os olvideis las cangrejareas!
Deslizándome de un charco a otro |
"Nos pasamos la vida esperando que pase algo y lo único que pasa es la vida...
Jamás entendemos el valor de los momentos, hasta que se convierten en recuerdos.
Por eso haz lo que quieras hacer,
antes de que se convierta en lo que "te gustaría" haber hecho.
antes de que se convierta en lo que "te gustaría" haber hecho.
No hagas de tu vida un borrador...
Porque posiblemente no tengas tiempo de pasarlo a limpio".
Porque posiblemente no tengas tiempo de pasarlo a limpio".
Momento relax... |
¿Veis como no estoy loquita? Esta la bajé con el trasero. No me atreví a saltar. Samuel sí. |
¡Boooya vaaaa! Ay... dame un empujoncito que no resbalo.... |
Papis, os quiero mucho y estoy muy bien. A partir de ahora ya todo será tranquilito. Para mi hermana y toda mi familia, a la que siempre extraño y llevo en mi corazón. Os quiero buuuuuuucho |
jajjajjja. Yo quiero, yo quieroooooo,,,me voy pa los 27 charcos, Afriiiii hay que hacer las maletas,,,,en agosto pa los 27...Isa a seguir disfrutando que la vida es cortiquiticaaaa...besosss
ResponderEliminarCreo que a mí tendrían que haberme rescatado con un helicóptero.... VALIENTE!!! Desde luego, ha debido ser una experiencia incríble ; )
ResponderEliminarBesos.